Su vida
Una semblanza cimarrona
Una semblanza cimarrona
"Mi nombre es Alicia Camacho Garcés. Nací el 26 de agosto de 1940, en una calle del centro, en Las Tijeras, cuando Buenaventura era prácticamente solo la Isla de Cascajal. Mis padres son de El Charco, Nariño, Río Tapaje. Ellos se vinieron aquí a Buenaventura muy jóvenes, aquí se casaron y luego nacimos cuatro hermanos. Uno murió muy pequeño y quedamos tres, dos mujeres y un varón. Luego dos ya murieron, así es que de padre y madre estoy solo yo. Tengo otros hermanos de padre, entonces, únicamente estoy yo de los tres Camacho Garcés. Los otros son Camacho Hurtado.
Teniendo solamente 14 años me llevaron a vivir a Cali. La gente era muy racista, se burlaban del coco. Hasta los mismos negros, por solo haber nacido en Cali, eran racistas con el mismo negro. Eso me hizo muy rebelde, porque nunca me sentí menos que nadie.
Voy a hablar claro, yo he sido una mujer muy rebelde. He sido muy partidaria de los grupos socialistas. Y, a la vez, he sido una mujer inquieta buscando mi pasado, porque antiguamente la discriminación racial aquí en Colombia, y aquí en el Pacífico era muy marcada. Por ejemplo, las personas que tienen la piel clarita, a pesar de que yo tengo una mezcla, se consideraban superiores. Mi papá también fue un hombre rebelde, porque a pesar de que nació en el campo, le gustaba leer mucho, y tenía también una mente muy despierta. Empezando por la madre de él, mi abuela, que era una mujer con una inteligencia, con una cultura, que no sabía ni la "o", pero me enseñó muchas cosas. Y mi mamá también, que ella fue una mujer muy liberal.
Cuando mataron a [Jorge Eliécer] Gaitán yo hablaba mucho de política con mi papá. Estaba pendiente de todo, inclusive el peligro que se generó en esa época que empezaron a perseguir a los liberales. Mi papá se iba de la casa, y cuando no me llevaba, entonces era a mí que me dejaban las instrucciones, en vez de dejárselas a su mujer que era la persona adulta. En un caso que lo fueran a buscar, yo era la persona que sabía lo que él iba a hacer. Tenía 8 años cuando mataron a Gaitán, y desde ahí yo vengo con esta forma de pensar.
A mí me gustaba mucho la abogacía y también la psicología, porque la psicología en mí es algo natural. Pero era loca por las leyes, aunque posiblemente ya me hubieran matado; si yo hubiera estudiado leyes, iba a ser una gran defensora de la gente desvalida, de la gente humilde.
Empecé a militar en los grupos comunistas, que le llamaban antes, pero me di cuenta que dentro de esos grupos también había discriminación. Una vez oí a unos compañeros que se referían a dos personas negras dizque esos negritos tan brutos. Entonces les digo yo, ¿cómo, compañeros?, ¿cómo así que esos negritos tan brutos? ¿O sea que ustedes consideran que los que somos negros somos brutos? Eso es discriminación, y eso también genera problemas, porque cómo, si somos socialistas, comunistas, vamos a estar creyendo que los que son blanquitos son mejores.
Resulta que me puse a investigar, sobre todo a saber quién era yo como mujer africana, como descendiente africana. Yo nunca acepté eso de que no, esos negros son unos salvajes que vivían en los árboles, en la selva. A mí todo eso me... [gesticula con rabia]. Mire, desde niña sabía que nosotros no podemos ser eso. Y cuando oía hablar de África, eso era como un imán que me atraía. Yo decía nosotros tenemos que hacer algo, atrás de nosotros tiene que haber algo..."
Extracto del libro testimonial "La cultura es una lucha política. Biografía testimonial de Alicia Camacho Garcés", una luchadora antirracista", Ed. UNIVALLE (2024), compilado por Lorena Ardito Aldana, Mauricio Fidel Camacho y Michael Birenbaum-Quintero. Archivo Digital "La Caracola" y Grupo de Estudios "la Caracola".