Alicia Camacho Garcés encarnó su vida en la incansable lucha por la conciencia histórica del pueblo negro del litoral Pacífico sur-colombiano.
Fue militante comunista, vinculada al M-19 y al proceso Constituyente de finales de los años ochenta, lo que la llevó a participar en diversas actividades político-culturales organizadas por el Partido Comunista, tales como el Festival de la Canción Mensaje en Jamundí, y el Festival Internacional de Música, realizado por el periódico Voz en Bogotá y Cali.
Gracias a las enseñanzas de su maestro Teófilo Roberto Potes, la "Caracola" se transformó en una comprometida activista cultural, en defensa del legado africano que valoraba como prueba histórica de la enorme riqueza y sabiduría de su pueblo.
Fue además la primera mujer musulmana del proceso islámico en Buenaventura, desde los años sesenta, por su conciencia sobre el anquilosado racismo colonial que encontraba incluso en las filas de la izquierda. Desde acá logró tener contacto con movimientos emblemáticos de la lucha negra, y desarrollar una profunda conciencia afrodiaspórica y afroepistémica.
Tras su muerte en noviembre de 2017, la cristalización de su pensamiento político se encuentra hoy en el registro de sus incontables entrevistas testimoniales y en la lírica cimarrona de sus composiciones folclóricas.